Un poco de historia
Los muebles de madera tienen una historia milenaria que refleja la evolución cultural, tecnológica y estética de las sociedades humanas. Desde objetos rudimentarios hasta piezas de diseño sofisticado, la madera ha sido uno de los materiales más valorados por su versatilidad, resistencia y belleza natural.
Nico Nicolau
5/8/20242 min read


Orígenes en la antigüedad
Los primeros muebles de madera datan del Egipto antiguo (alrededor del 3000 a.C.). Se han hallado camas, sillas, taburetes y arcas en tumbas reales, hechos de madera de sicómoro, cedro y ébano. A menudo estaban ricamente decorados con incrustaciones, marfil y marquetería, lo que indica no solo una función utilitaria, sino también simbólica y estética.
En la Grecia clásica y posteriormente en Roma, la carpintería evolucionó hacia formas más refinadas. Se popularizaron mesas plegables, lechos de descanso, escritorios y bancos decorativos. El uso del ciprés, olivo, nogal y pino era común. Ya en esta época, la madera se torneaba, se ensamblaba con cola de milano y se barnizaba.
Edad Media
Durante la Edad Media, el mueble tenía una función principalmente utilitaria. Las piezas eran robustas y sencillas, fabricadas con maderas locales como roble o castaño. En los monasterios y castillos se usaban arcones, bancos y mesas comunales. La decoración era mínima, y el mobiliario solía ser móvil, facilitando el transporte y la seguridad.
Renacimiento y Barroco
Con el Renacimiento (siglos XV–XVI), resurge el interés por la estética clásica, y el mueble se convierte en objeto de arte. Surgen técnicas como la marquetería, la talla ornamental y el torneado. Aparecen nuevas formas: vitrinas, escritorios, cómodas, sillones con respaldo alto.
Durante el Barroco y el Rococó, el mueble alcanza un grado máximo de ornamentación. Se utilizan maderas nobles como caoba, palo rosa o nogal, con acabados dorados, curvaturas, y detalles escultóricos. Los muebles reflejaban la jerarquía social y el gusto cortesano.
Siglo XIX y Revolución Industrial
Con la Revolución Industrial, la fabricación de muebles cambia radicalmente: se mecanizan procesos como el serrado, el ensamblaje y el torneado. Nace la producción en serie, pero también se revalorizan los oficios tradicionales. Aparecen estilos como el Biedermeier, el victoriano y el modernismo, donde la madera sigue teniendo un papel predominante.
En esta etapa, el diseño empieza a separarse de la ornamentación excesiva, y se valora más la funcionalidad, anticipando movimientos como el Arts & Crafts o el Art Nouveau.
Siglo XX y diseño moderno
El siglo XX revoluciona el mobiliario con la llegada del diseño moderno: líneas limpias, materiales mixtos y funcionalidad por encima de la decoración. Diseñadores como Alvar Aalto, Charles & Ray Eames o Hans Wegner experimentan con madera contrachapada, curvada y moldeada. La madera convive con el acero, el plástico o el cristal, pero sigue siendo un elemento clave en la identidad de los muebles de calidad.
Siglo XXI: sostenibilidad y revalorización artesanal
Hoy en día, la tendencia se orienta hacia la sostenibilidad, el diseño responsable y la revalorización de las técnicas artesanas. La madera reciclada, los tratamientos ecológicos y la trazabilidad del origen (FSC, PEFC) son aspectos clave para consumidores y diseñadores. Se combinan métodos tradicionales con tecnología CNC y diseño paramétrico.
El mueble de madera vive así una nueva etapa, en la que la tradición y la innovación se integran para ofrecer productos que combinan durabilidad, belleza y respeto por el entorno.